Y al onceavo día,
después de alguna silenciosa lluvia
ingrata
nocturna e inesperada,
con la tormenta llegó la claridad.
Debo soltar lo que no es
lo que no fue
y no será.
Debo soltar.
Dejar ir.
Abrir ventanas
y saltar.
Y soltar, también, luciérnagas o mariposas. Como quien abandona a su suerte la magia y las ilusiones.
Entonces, fluir con la lluvia.
Inesperada lluvia una noche de Enero.
Y al onceavo día salió el Sol. O no.
jueves, 11 de enero de 2024
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