jueves, 11 de enero de 2024

Clarividencia

Y al onceavo día,
después de alguna silenciosa lluvia
ingrata
nocturna e inesperada,
con la tormenta llegó la claridad.

Debo soltar lo que no es
lo que no fue
y no será.

Debo soltar.
Dejar ir.

Abrir ventanas
y saltar.

Y soltar, también, luciérnagas o mariposas. Como quien abandona a su suerte la magia y las ilusiones.
Entonces, fluir con la lluvia.
Inesperada lluvia una noche de Enero.

Y al onceavo día salió el Sol. O no. 

martes, 5 de enero de 2010

silencios

En mis silencios, refugio esas memorias que me gritan mil recuerdos. Escondida, enmudezco palabras, canciones, sueños.. Me ausento de TODO. Y en realidad, solo quiero huir de ti. De ti y de ese recuerdo tuyo. Pero no puedo.

El final de esta historia, que bien pudo ser nuestra, se rebela y sigue sin escupir el punto que falta para acabar lo que nunca tuvimos.
Busco la razón, para ahí ahogar tu nombre, pero nada sucumbe a la fuerza que nos une. Y en el eco de nuestras distancias, aun me llega tu esencia tatuada en las que fueron nuestras letras. Entonces, me escondo en el silencio, pero el olvido se olvida de que te quiero olvidar…

En Inglaterra se desnuda un piano. Imagina a la gente. Ese escarabajo que no se sabe cadáver y de nuevo, la blanca fama en melodía de piano. Una terca guitarra en los dedos de Eric, siempre dice lo mismo: Layla.

El silencio no se escapa del destino. Ni el amor.

lunes, 4 de enero de 2010

En tus manos

Escribo para ti. Desde mis adentros,
con las entrañas llenas de sentimientos,
con ganas de decirte todo y que no sepas nada.
Escribo con las manos llenas de pasiones futuras, con la memoria sentimental repleta de instantes no vividos.

Escribo en nombre del deseo que quema y se purifica casto, encontrando alivio en la cercanía que no conoce la distancia que separa tus manos de las mías.

Escribo con ansias de poder conjugar el destino,
y que se detenga el tiempo
y que tus días sean mis noches,
y mis noches en tus manos se hagan días.

Seguiré escribiendo aquí, allá,
sentada en la Luna, o donde sea.
Y seguirán llenándose mis manos
hasta que estas manos llenas,
se vacíen colmándose de ti.

domingo, 3 de enero de 2010

Sintiendo besos

La distancia que nos separa, espectro ladrón, que impide que mis besos se estrellen en el hueco de tu boca, a la deriva de tu piel.
Mis besos. Besos que naufragan, permanecen y terminan como aquellos besos escondidos, que sin duda tantas veces he mandado sin postal.

"Escribir cartas significa desnudarse ante los fantasmas, que es, precisamente, lo que ellos celosamente esperan. Los besos enviados por escrito nunca llegan a su destino, los fantasmas se los beben por el camino." Kafka.


sábado, 2 de enero de 2010

Despertar

Me invade completa ese sentimiento que surge con la angustia, con la impaciencia que se vive en las catástrofes. Escribo con la nostalgia que me sale de los poros, nostalgia a esas horas cuando el aire sabe limpio, tranquilo. Nostalgia por esas letras que me nacieron de estas manos, y aquellas últimas que fueron hijas sin madre, quedaron huérfanas. La vida, ya sabes.

Un día despiertas en ese cuerpo que lleva tu vida, sin imaginar que, un inesperado acontecimiento arrasa con toda visión del pasado. Te invade el miedo. Y en lugar de sentir deseo por avanzar, quisieras retroceder, y seguir dormida en ese cuerpo. O por lo menos, tener una enorme bola mágica en donde consultar el futuro, como el pronóstico del clima y cosas de esas. No abusaría de mi enorme bola mágica, no, porque tampoco quiero vivir por adelantado sin la emoción que llega con ese viento agradable y espontaneo. Tan solo pediría a mi enorme bola que me advirtiera de acontecimientos catastróficos que pudieran ocurrir a mí alrededor, para no levantarme de la cama en esos días, evitando asomar la nariz más allá del corazón. Pero, para sucumbir no hizo falta abrir ninguna puerta: te conocí por mi ventana, y me enamore hasta los dientes.

Me enamore más allá de las arterias, mas adentro, hasta sentir el corazón. Y sigo así, enamorada irremediablemente, peregrina por tu amor.